Pedagogías activas
Pedagogías activas
Definen las pedagogías activas como cualquier estrategia que pida que los estudiantes realicen algo y que piensan sobre lo que están haciendo. Según estos autores, el aprendizaje activo presenta las siguientes características: la actividad de los estudiantes en la aula no se limita a escuchar hablar al maestro; las actividades son diversas (resolución de problemas, debates, investigación, experimentación, trabajo colaborativo, etc.); ponen más énfasis en el desarrollo de habilidades que en la transmisión de información y conducen al desarrollo de habilidades cognitivas de orden superior.
Precisa y simplifica la situación afirmando que dos condiciones son necesarias para considerar que hay aprendizaje activo en el aula. La primera, tal como lo afirman Bonwell y Eisen (1991), es que los estudiantes deben realizar alguna otra actividad que únicamente escuchar al profesor y tomar notas. La segunda, es que la actividad debe estar relacionada con los conceptos, materiales u objetivos de aprendizaje de la asignatura. Las investigaciones de , quienes desarrollaron una herramienta para medir el aprendizaje activo, muestran que las interacciones interpersonales entre los estudiantes son un elemento fuertemente asociado con el aprendizaje activo.
Precisa y simplifica la situación afirmando que dos condiciones son necesarias para considerar que hay aprendizaje activo en el aula. La primera, tal como lo afirman Bonwell y Eisen (1991), es que los estudiantes deben realizar alguna otra actividad que únicamente escuchar al profesor y tomar notas. La segunda, es que la actividad debe estar relacionada con los conceptos, materiales u objetivos de aprendizaje de la asignatura. Las investigaciones de , quienes desarrollaron una herramienta para medir el aprendizaje activo, muestran que las interacciones interpersonales entre los estudiantes son un elemento fuertemente asociado con el aprendizaje activo.
Categorías de las pedagogías activas
Existe una amplia variedad de estrategias o métodos pedagógicos que permiten concebir situaciones de aprendizaje activo. Sin pretender ser exhaustivos, podemos mencionar que el Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) y el aprendizaje basado en proyectos son ejemplos elocuentes, y parecen ser cada vez más utilizados en las carreras de ciencias y de ingeniería. Es posible categorizar las diferentes pedagogías activas según varias características o criterios.
Por ejemplo, la figura 1 presenta una adaptación del modelo de, que propone ubicarlas sobre un continuo que va de estrategias con dominante magistro-centradas, ubicadas del lado izquierdo, a estrategias con dominante alumno-centradas, ubicadas del lado derecho. Dos criterios sirven para decidir de la ubicación de las estrategias sobre el continuo. La primera es de identificar quien entre el profesor o de los alumnos hace la mayor parte de la actividad en el aula.
SOBRE EL APRENDIZAJE ACTIVO EN LA UNIVERSIDAD
Con relación a la pedagogía universitaria, Béchard
(2008) ha realizado la caracterización del núcleo
referencial del espacio intelectual de esta disciplina
mediante el análisis de las referencias bibliográficas
más citadas en tres revistas representativas.
A partir de
estas referencias, Béchard identifica tres programas
de investigación (en el sentido de Lakatos) el
programa centrado en el desarrollo de las personas,
b) el centrado en la pedagogía de las competencias y
c) el centrado en el cambio pedagógico. Principalmente en el segundo y tercer ámbito
encontramos la problemática de los procesos de
enseñanza-aprendizaje y de los modelos pedagógicos
innovadores. Con relación a esto, De Ketele (2010)
subraya la predominancia de la discusión de actividades
de aprendizaje en las publicaciones del campo.
El origen del discurso sobre el aprendizaje activo en la universidad
Es difícil trazar de manera precisa el
momento de la aplicación de los métodos activos en la
enseñanza superior. Lo más probable es que siempre
hayan existido profesores universitarios excepcionales
que han utilizado dichas estrategias pedagógicas en
sus clases, incluso de manera intuitiva y sin acercarse
ex profeso a un movimiento pedagógico.
Sin embargo, si intentamos rastrear los antecedentes del discurso, los encontramos en un inicio en los Estados Unidos, muy probablemente asociados a la influencia del movimiento de la Educación Progresista, en particular a los escritos de Dewey. Así, es muy interesante remarcar la existencia de algunas iniciativas universitarias experimentales, incluso al inicio del siglo XX, las cuales han intentado utilizar las ideas de la Educación Progresista (Reynolds, 1997; Townsend, Jackson & Wiese, 1992).
Sin embargo, si intentamos rastrear los antecedentes del discurso, los encontramos en un inicio en los Estados Unidos, muy probablemente asociados a la influencia del movimiento de la Educación Progresista, en particular a los escritos de Dewey. Así, es muy interesante remarcar la existencia de algunas iniciativas universitarias experimentales, incluso al inicio del siglo XX, las cuales han intentado utilizar las ideas de la Educación Progresista (Reynolds, 1997; Townsend, Jackson & Wiese, 1992).
MÉTODOS ACTIVOS: LO QUE SE HACE AHORA EN LA UNIVERSIDAD
Como se mencionó anteriormente, el movimiento
de la Escuela Activa señala como central el aporte
de la psicología en el ámbito educativo. En el caso
universitario, los métodos activos que se están
utilizando se asocian a menudo al constructivismo,
corriente de pensamiento psicológica y epistemológica
que posee múltiples variantes (Huber, 2008), por lo que
es importante referirse a ella brevemente. Teóricos
como J. Piaget, J. Brunner, L. Vygotsky, J. Dewey
y E. von Glaserfeld son considerados como puntos
de referencia obligados (Cooperstein & KocevarWeidinger, 2004; Phillips, 1995). La premisa central
de esta teoría del aprendizaje es que el conocimiento
humano se adquiere a través de un proceso activo de
construcción (Adams, 2006; Fox, 2001). En Piaget,
por ejemplo, esta idea se relaciona con la noción de
transformación:
En efecto, para conocer los objetos, el sujeto
debe actuar sobre ellos y por consecuencia
transformarlos. A partir de las acciones sensoriomotrices, los más elementales, hasta las
operaciones intelectuales más refinadas que son
aún acciones (reunir, ordenar, hacer corresponder,
etc.), pero interiorizadas y ejecutadas en el
pensamiento, el conocimiento está constantemente
ligado a acciones o a operaciones, es decir, a
transformaciones.
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